TEQUISQUIAPAN, Qro.- Riñas juveniles, accidentes automovilísticos, venta indiscriminada de vino a adultos y menores de edad y hasta la reventa de boletos al acceso de la Feria del Queso y el Vino, fue el saldo del primer fin de semana de fiesta en Tequisquiapan.
Mientras que en el jardín principal de la cabecera municipal se cumplió con la promesa estatal de ofrecer eventos culturales tales como espectáculos de jazz y de tango, al interior del Parque de Pila prevalecieron los altercados juveniles, excesivo consumo de alcohol y hasta abuso de autoridad por parte de los elementos policiacos municipales para con los jóvenes que, como cada año, se excedieron de copas.
Sentido común, criterio y tolerancia estuvieron ausentes en la Feria del Queso y el Vino en Tequisquiapan. Predominaron el abuso de autoridad, hasta las mujeres fueron tratadas como delincuentes al ser esposadas, arrastradas, cargadas y subidas a las patrullas en calidad de arrestadas por faltas administrativas como el estar bajo el influjo de bebidas alcohólicas en la vía pública.
Además, por el hecho de poder ingresar al Parque La Pila, donde se encontraban los stands de venta de vino y queso, se cobraron 40 pesos, sin embargo, algunos vivales aprovecharon para revender boletos de entrada hasta en 100 pesos "sin que las autoridades se dieran cuenta".
En La Pila el sobrecupo fue notorio, por lo que se tuvieron que cerrar las taquillas a las 10 de la noche aproximadamente, aunque no se iba a permitir el acceso de menores de edad, decenas de ellos lograron hacerlo así como familias con niños.
Fueron constantes los conatos de bronca, desde la tarde del sábado hasta las 2 de la madrugada del domingo, permitiéndose la venta de vino sin exigir la credencial de elector que comprobara la mayoría de edad de los consumidores, y por parte de las autoridades no se vio que operara el alcoholímetro. A la altura del "Hotel Villa Antigua" en dirección Tequisquiapan - San Juan del Río, se registró la volcadura de un vehículo que quedó llantas al cielo, con saldo, se dijo, de dos personas lesionadas. Este accidente fue derivado del consumo excesivo del vino.
En la Feria de Tequisquiapan hubo de todo, como riñas entre adolescentes y jóvenes, accidentes automovilísticos, venta indiscriminada de vino a adultos y menores de edad y hasta la reventa de boletos al acceso de la Feria del Queso y el Vino. Este fue el resultado del primer fin de semana de fiesta en Tequisquiapan.
Ante el arribo de miles de personas a la feria, fue insuficiente la seguridad y protección al visitante y sus familias así como al turista. La situación se salió de control para la policía que a la fuerza subieron hombres y mujeres a las patrullas. El vino corrió en cantidades industriales y obvio que los conatos de bronca no podían faltar como suele ocurrir en este tipo de eventos, donde la seguridad estuvo ausente y la inseguridad, presente.
Cabe señalar que en el interior de la feria, el consumo de alcohol era por igual a menores de edad como a adultos, por todos lados se observaron personas tiradas, cometiendo faltas administrativas y hasta durmiendo la "cruda" en estado inconsciente por el exceso de bebidas que no fueron limitadas por los organizadores, como previamente lo habían prometido, el caso era vender queso y vino.
Mientras que en el jardín principal de la cabecera municipal se cumplió con la promesa estatal de ofrecer eventos culturales tales como espectáculos de jazz y de tango, al interior del Parque de Pila prevalecieron los altercados juveniles, excesivo consumo de alcohol y hasta abuso de autoridad por parte de los elementos policiacos municipales para con los jóvenes que, como cada año, se excedieron de copas.
Sentido común, criterio y tolerancia estuvieron ausentes en la Feria del Queso y el Vino en Tequisquiapan. Predominaron el abuso de autoridad, hasta las mujeres fueron tratadas como delincuentes al ser esposadas, arrastradas, cargadas y subidas a las patrullas en calidad de arrestadas por faltas administrativas como el estar bajo el influjo de bebidas alcohólicas en la vía pública.
Además, por el hecho de poder ingresar al Parque La Pila, donde se encontraban los stands de venta de vino y queso, se cobraron 40 pesos, sin embargo, algunos vivales aprovecharon para revender boletos de entrada hasta en 100 pesos "sin que las autoridades se dieran cuenta".
En La Pila el sobrecupo fue notorio, por lo que se tuvieron que cerrar las taquillas a las 10 de la noche aproximadamente, aunque no se iba a permitir el acceso de menores de edad, decenas de ellos lograron hacerlo así como familias con niños.
Fueron constantes los conatos de bronca, desde la tarde del sábado hasta las 2 de la madrugada del domingo, permitiéndose la venta de vino sin exigir la credencial de elector que comprobara la mayoría de edad de los consumidores, y por parte de las autoridades no se vio que operara el alcoholímetro. A la altura del "Hotel Villa Antigua" en dirección Tequisquiapan - San Juan del Río, se registró la volcadura de un vehículo que quedó llantas al cielo, con saldo, se dijo, de dos personas lesionadas. Este accidente fue derivado del consumo excesivo del vino.
En la Feria de Tequisquiapan hubo de todo, como riñas entre adolescentes y jóvenes, accidentes automovilísticos, venta indiscriminada de vino a adultos y menores de edad y hasta la reventa de boletos al acceso de la Feria del Queso y el Vino. Este fue el resultado del primer fin de semana de fiesta en Tequisquiapan.
Ante el arribo de miles de personas a la feria, fue insuficiente la seguridad y protección al visitante y sus familias así como al turista. La situación se salió de control para la policía que a la fuerza subieron hombres y mujeres a las patrullas. El vino corrió en cantidades industriales y obvio que los conatos de bronca no podían faltar como suele ocurrir en este tipo de eventos, donde la seguridad estuvo ausente y la inseguridad, presente.
Cabe señalar que en el interior de la feria, el consumo de alcohol era por igual a menores de edad como a adultos, por todos lados se observaron personas tiradas, cometiendo faltas administrativas y hasta durmiendo la "cruda" en estado inconsciente por el exceso de bebidas que no fueron limitadas por los organizadores, como previamente lo habían prometido, el caso era vender queso y vino.
