El arzobispo de Bruselas-Malinas, André-Joseph Leonard, desató ayer la polémica en Bélgica al referirse a un libro recientemente publicado para afirmar que el sida es “una especie de justicia inmanente”. El libro al que hizo referencia el prelado fue dado a conocer el pasado miércoles, y en él se indica que André-Joseph Leonard cree que el sida “no es una justicia divina” sino “una especie de justicia inmanente”, según los estractos que comenzaron a divulgarse durante la tarde de ayer.
El prelado justifica esa consideración señalando que “jugar con la naturaleza del amor puede conducir a catástrofes así”, y compara esa situación con las consecuencias medioambientales del abuso de recursos que el hombre está haciendo de nuestro planeta.
Estas manifestaciones recibieron inmediatamente las críticas de casi todo el espectro político belga, desde los nacionalistas flamencos del N-VA hasta los socialistas, pasando por liberales y los verdes.
Desde “falta de compasión con los enfermos”, hasta las dudas sobre las posibilidades de reconciliación entre la Iglesia y la sociedad, pasando por comentarios como “innoble” o “nauseabundo”, numerosos ministros, así como parlamentarios, reaccionaron de forma muy negativa.
Y es que estos comentarios se producen un mes después de la presentación de un informe demoledor sobre los casos de pederastia en la Iglesia en este país.
El portavoz de Leonard, Jürgen Mettepenningen, intentó rectificar reconociendo, en la cadena de radio flamenca VRT, que “yo no lo hubiera dicho así”. Mettepenningen explicó que, al releer el borrador del libro, advirtió de que esa expresión podía generar problemas, pero indicó que “el arzobispo no la ha modificado, al afirmar que no podía escribir otra cosa de lo que él piensa”.
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El prelado justifica esa consideración señalando que “jugar con la naturaleza del amor puede conducir a catástrofes así”, y compara esa situación con las consecuencias medioambientales del abuso de recursos que el hombre está haciendo de nuestro planeta.
Estas manifestaciones recibieron inmediatamente las críticas de casi todo el espectro político belga, desde los nacionalistas flamencos del N-VA hasta los socialistas, pasando por liberales y los verdes.
Desde “falta de compasión con los enfermos”, hasta las dudas sobre las posibilidades de reconciliación entre la Iglesia y la sociedad, pasando por comentarios como “innoble” o “nauseabundo”, numerosos ministros, así como parlamentarios, reaccionaron de forma muy negativa.
Y es que estos comentarios se producen un mes después de la presentación de un informe demoledor sobre los casos de pederastia en la Iglesia en este país.
El portavoz de Leonard, Jürgen Mettepenningen, intentó rectificar reconociendo, en la cadena de radio flamenca VRT, que “yo no lo hubiera dicho así”. Mettepenningen explicó que, al releer el borrador del libro, advirtió de que esa expresión podía generar problemas, pero indicó que “el arzobispo no la ha modificado, al afirmar que no podía escribir otra cosa de lo que él piensa”.
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