Ciudad del Vaticano.- Juan Pablo II pensó en renunciar a su magisterio en caso de una enfermedad que le impidiera ejercer suficientemente sus funciones, es más, en 1989 ya había firmado una carta con sus dimisiones, aunque al final decidió continuar al frente de la Iglesia hasta que "se cumpliera la voluntad de Dios". Pero no solo, también se reveló que el amado Pontífice polaco acostumbraba flagelarse.
El texto de la carta de dimisiones aparece en el nuevo libro sobre Karol Wojtyla, titulado "Perché é santo" (Porque es Santo), escrito por el postulador de su causa de beatificación, Slawomir Oder, junto con el periodista de la revista "Famiglia Cristiana", Saverio Gaeta.
El libro, que a partir de hoy estará en las librerías italianas, propone en exclusiva algunos extraordinarios e inéditos documentos de la vida cotidiana de papa Wojtyla.
En la carta sobre la posibilidad de dimitir se lee textualmente: "Declaro, en caso de enfermedad, que se supone incurable, de larga duración y que me impida ejercer suficientemente las funciones de mi ministerio apostólico, renunciar a mi sagrado y canónico oficio, tanto como Obispo de Roma que como Jefe de la Santa Iglesia católica, ante el Cardenal decano del Sagrado Colegio Cardenalicio, dejando a él, conjuntamente a los cardenales de la Curia romana, y al Cardenal Vicario de Roma, la facultad de aceptar y aplicar esta decisión mía".
En otra carta, de 1994, Juan Pablo II volvió a abordar el problema, dirigiéndose a los cardenales de la Curia. "De frente a Dios -explicó en esa ocasión- he reflexionado acerca de lo que tiene que hacer el Papa en el momento en el que cumple 75 años. En este contexto, cuando hace dos años se perfiló la posibilidad de que el tumor del cual tenía que ser operado fuese maligno, pensé que el Padre que está en el cielo había decidido encargarse de resolver el problema anticipadamente. Pero no fue así". El Derecho Canónico establece la renuncia de los obispos al cumplir los 75 años y por lo tanto, Wojtyla llegó a pensar en la posibilidad de aplicar esa norma también a un Papa. Es más, encargó efectuar un análisis histórico y teológico sobre el tema.
* ACOSTUMBRABA FLAGELARSE
El mismo postulador Slawomir Oder, para quien Karol Wojtyla era un "místico", reveló en el libro que, según varios testimonios, Juan Pablo II acostumbraba flagelarse con un cinturón que usaba como látigo.
Monseñor Oder agregó que cuando no era alguna enfermedad a hacerle vivir la experiencia del dolor, era el mismo Pontífice quien "mortificaba su cuerpo".
En este contexto, también recordó que además de los ayunos prescritos que seguía con extremo rigor, sobre todo durante la Cuaresma, cuando comía una sola vez al día, se abstenía de los alimentos antes de ordenar a sacerdotes y obispos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario