El Partido Comunista de los Obreros de Túnez, considera que el discurso de Ben Alí de esta tarde, no es más que una repetición de los precedentes. Criminaliza las protestas populares y las califica, como siempre, de agitaciones y de complots orquestado por «extremistas», por «vendidos» y pretendidas «bandas terroristas».
Con este método trata de deformar la realidad y evitar cualquier responsabilidad, señalando a supuestos responsables. Es una manera de justificar la represión y los asesinatos cometidos por la policía, que sufre el pueblo tunecino. Numerosos mártires han caído en distintas regiones del país, particularmente en Tahla, Kasserine, Regueb, Sidi Bouzid y Menzel Bouzayane.
En su discurso, Una vez más Ben Alí ha amenazado en vano. No ha tomado ninguna medida para impedir los disparos sobre los manifestantes, para retirar a la policía, ni para liberar a los detenidos, ni para retirar a la policía y al ejército, ni tampoco para respetar el derecho del pueblo tunecino a la liberta de expresión, de manifestación y de organización libremente.
La obsesión de Ben Alí de amenazar, provocará sin duda alguna más víctimas entre la población y seguramente un nuevo baño de sangre, de todo lo cual son responsables las autoridades.
Ben Alí una vez más promete creación de empleos, pero nadie sabe cómo serán financiados esos empleos, ni cómo podrá llevarlo a cabo, una administración corrupta. ¿Si es posible contratar a 300.000 personas en tan poco tiempo, por qué las autoridades han dejado pudrirse la situación a tal punto? ¿Por qué no han tomado medidas urgentes a favor de los desempleados otorgándoles una subvención al paro que les permita vivir con dignidad?
Los problemas planteados por las protestas populares son profundos, muy serios y no conciernen únicamente al paro, sino también a la explotación, la carestía de la vida, la disparidad flagrante entre las regiones, la corrupción, la injusticia y la arbitrariedad. El régimen de Ben Alí, una vez más, ha demostrado su incapacidad para dar soluciones adecuadas a las reivindicaciones.
El régimen de Ben Alí ha fracasado con sus planes económicos, sociales y políticos. Eso es lo que manifiesta la población, igual que manifiestan sus anhelos de cambio. La población exige la marcha de Ben Alí, en el poder desde hace 23 años, para acabar con la arbitrariedad, garantizar la libertad individual y pública y la instauración de instituciones democráticas en todos los terrenos: justicia independiente y equitable, persecución de las personas implicadas en la corrupción y restitución de sus bienes al pueblo.
El Partido Comunista de Los Obreros de Túnez está con el pueblo, con sus obreros, campesinos, sus mujeres y jóvenes, sus intelectuales, con todos los que desean el cambio. Consideramos que ese anhelado cambio, exige la marcha de Ben Alí, la disolución de las instituciones fantoches del actual régimen y la instauración de un gobierno provisional que se plantee la organización de elecciones libres y transparentes. Esas elecciones permitirán instaurar una constituyente encargada de elaborar una nueva constitución que plantee el esbozo de una República realmente democrática, que establezca la soberanía del pueblo, garantice el respeto de los derechos humanos, la igualdad y la dignidad. Abordará una nueva política económica y social, nacional y popular. Garantizará a nuestro pueblo el trabajo y los medios necesarios para tener una vida digna y poner fin a la corrupción, la arbitrariedad y la desigualdad regional.
Esta es la salida que el Partido Comunista de los Obreros de Túnez propone, y considera la más hacedera. El Partido Comunista de los Obreros de Túnez, llama a todos los partidos y fuerzas políticas, sindicales, a los defensores de los derechos humanos, a los jóvenes, intelectuales, para unir sus fuerzas en torno a una alternativa común contra el régimen despótico, que corresponde a la voluntad del pueblo para que sus sacrificios y la sangre de los mártires no se haya derramado en vano
Partido Comunista de Los Obreros de Túnez
10 de Enero de 2011
Con este método trata de deformar la realidad y evitar cualquier responsabilidad, señalando a supuestos responsables. Es una manera de justificar la represión y los asesinatos cometidos por la policía, que sufre el pueblo tunecino. Numerosos mártires han caído en distintas regiones del país, particularmente en Tahla, Kasserine, Regueb, Sidi Bouzid y Menzel Bouzayane.
En su discurso, Una vez más Ben Alí ha amenazado en vano. No ha tomado ninguna medida para impedir los disparos sobre los manifestantes, para retirar a la policía, ni para liberar a los detenidos, ni para retirar a la policía y al ejército, ni tampoco para respetar el derecho del pueblo tunecino a la liberta de expresión, de manifestación y de organización libremente.
La obsesión de Ben Alí de amenazar, provocará sin duda alguna más víctimas entre la población y seguramente un nuevo baño de sangre, de todo lo cual son responsables las autoridades.
Ben Alí una vez más promete creación de empleos, pero nadie sabe cómo serán financiados esos empleos, ni cómo podrá llevarlo a cabo, una administración corrupta. ¿Si es posible contratar a 300.000 personas en tan poco tiempo, por qué las autoridades han dejado pudrirse la situación a tal punto? ¿Por qué no han tomado medidas urgentes a favor de los desempleados otorgándoles una subvención al paro que les permita vivir con dignidad?
Los problemas planteados por las protestas populares son profundos, muy serios y no conciernen únicamente al paro, sino también a la explotación, la carestía de la vida, la disparidad flagrante entre las regiones, la corrupción, la injusticia y la arbitrariedad. El régimen de Ben Alí, una vez más, ha demostrado su incapacidad para dar soluciones adecuadas a las reivindicaciones.
El régimen de Ben Alí ha fracasado con sus planes económicos, sociales y políticos. Eso es lo que manifiesta la población, igual que manifiestan sus anhelos de cambio. La población exige la marcha de Ben Alí, en el poder desde hace 23 años, para acabar con la arbitrariedad, garantizar la libertad individual y pública y la instauración de instituciones democráticas en todos los terrenos: justicia independiente y equitable, persecución de las personas implicadas en la corrupción y restitución de sus bienes al pueblo.
El Partido Comunista de Los Obreros de Túnez está con el pueblo, con sus obreros, campesinos, sus mujeres y jóvenes, sus intelectuales, con todos los que desean el cambio. Consideramos que ese anhelado cambio, exige la marcha de Ben Alí, la disolución de las instituciones fantoches del actual régimen y la instauración de un gobierno provisional que se plantee la organización de elecciones libres y transparentes. Esas elecciones permitirán instaurar una constituyente encargada de elaborar una nueva constitución que plantee el esbozo de una República realmente democrática, que establezca la soberanía del pueblo, garantice el respeto de los derechos humanos, la igualdad y la dignidad. Abordará una nueva política económica y social, nacional y popular. Garantizará a nuestro pueblo el trabajo y los medios necesarios para tener una vida digna y poner fin a la corrupción, la arbitrariedad y la desigualdad regional.
Esta es la salida que el Partido Comunista de los Obreros de Túnez propone, y considera la más hacedera. El Partido Comunista de los Obreros de Túnez, llama a todos los partidos y fuerzas políticas, sindicales, a los defensores de los derechos humanos, a los jóvenes, intelectuales, para unir sus fuerzas en torno a una alternativa común contra el régimen despótico, que corresponde a la voluntad del pueblo para que sus sacrificios y la sangre de los mártires no se haya derramado en vano
Partido Comunista de Los Obreros de Túnez
10 de Enero de 2011
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