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lunes, 23 de enero de 2012

“LE PUSIERON TOQUES EN SUS PARTES, ¿TÚ CREES QUE NO IBA A DECIR?”

José Miguel Urbina Franco –alias El Tortillas–, presunto homicida del aficionado del equipo América, Christian Said Bringas Pérez, fue golpeado y maltratado por elementos de la Dirección de Investigación del Delito (DID) para obligarlo a declarar, según quedó asentado en una queja interpuesta ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).

En la queja, a la cual se le asignó el número CEDH/0076/2012/PJ en una tarjeta informativa, y de la cual Tribuna de Querétaro posee una copia, los elementos de la DID (adscritos a la PGJ) son denunciados por la madre del acusado, Ofelia Franco, de haberlo forzarlo a declarar a costa de golpes y maltrato.

El documento, presentado, recibido y sellado en la CEDH, respalda la injusticia que familiares y amigos, aseguran, se ha impuesto en contra del hijo de Ofelia Franco.

En la tarjeta informativa se relata lo sucedido el día de la detención del acusado. En la síntesis, se menciona que el domingo 8 de enero, José Miguel acudió a la agencia I del Ministerio Público, en calidad de testigo, para declarar respecto a los hechos del homicidio del joven Christian. Ofelia Franco comentó que los judiciales tenían su número telefónico y se comunicaban directamente con él para cuestionarlo acerca del caso.

“Le pusieron toques en sus partes, ¿tú crees que no iba a decir? El sábado que fui a visita le dije: ‘no hubieras dicho, si tú eres inocente’; él me contestó: ‘mamá me torturaron bien feo, la primer tortura la aguanté, la segunda ya no’”, recordó.

“Todo mundo lo conoce aquí. Él es tranquilo; no es de pleito. El día del partido él vino aquí y me comentó: ‘mamá, se armó un broncón’. Me encontraba aquí con mi sobrina y con doña Nati, ellas son testigos de que llegó limpio, sin manchas de sangre. Mi hijo ni en la riña estuvo”, expresó en entrevista con este medio la madre.

“El domingo como a las tres vinieron unos tipos y preguntaron por El Tortillas, yo les pregunté que quién lo buscaba, ellos dijeron que eran agentes judiciales. Como mi hijo estaba en la calle jugando, le hablamos, vino y con toda disposición se fue con los sujetos”, explicó. Ofelia Franco agregó que los judiciales argumentaron que querían la declaración de Miguel sobre el homicidio.

El martes 10 de enero, los agentes regresaron al hogar del joven, recordó su madre, querían platicar con él, pero Miguel estaba fuera “viendo lo de un trabajo”; ella les informó que llegaba más tarde, por lo que los judiciales indicaron que regresaban a las seis. El joven llegó antes de esa hora, y como a las 7:30, al ver que los agentes no aparecían, se fue.

“Anduvo trabajando con Daniel. Luego llegó, comió con nosotros, se bañó, se acostó un rato y me dijo: ‘no llegan mamá’, si vienen les dices que yo ya me fui. Si hubiera sido culpable él, ¿tú crees que estuviera tan tranquilo aquí? Cualquiera se va.

“Yo estoy completamente segura que mi hijo es inocente, quiero que la justicia trabaje para que aclaren todo y agarren al verdadero culpable”, manifestó.

Los agentes son acusados por lesiones y ejercicio indebido de la función pública

La madre de José Miguel señaló que al momento de que él salió, los judiciales le llamaron al celular para informarle que lo estaban esperando en la ermita (a la entrada de El Colorado), por lo que se disculpó y dijo: “ya me esperan en la ermita los judiciales que vinieron”.

Ofelia Franco escuchó el testimonio de su hijo Miguel. En voz de ella: él declaró que el día de la detención, después de dar información a los agentes de la DID, éstos le arrebataron su celular y le dijeron “ya te llevó la chingada. (…) En La Piedad se pararon y lo torturaron, él se fue sin ningún golpe”, pero en el Ministerio Público, denunció doña Ofelia, “lo vi con golpes”.

“Eran la 11 de la noche y empecé a buscarlo, ninguno de los amigos lo había visto. Fui con Alfredo, él me dijo que los judiciales se lo llevaron. Después de un rato, Alfredo llegó a la casa y me dijo: ‘vámonos, vámonos a ver a Miguel’. Sólo lo vi cuando salió al baño (en el Ministerio Público).

“No se vale que la justicia trabaje sucio. Deben trabajar con la verdad. Hay casos que tienen tres o cuatro meses y no saben quiénes son, qué casualidad que a mi hijo en tres días lo agarraron, te aseguro al cien por ciento que mi hijo es inocente.

“Si fuera el culpable, nadie me ayudaría; estoy inconforme con la justicia, trabajan mal”, lamentó. Además doña Ofelia consideró que deben exigir al procurador, Arsenio Durán Becerra, que las autoridades detengan al culpable de la muerte y que ponga a trabajar a su gente para que dejen a Miguel en libertad. “Estoy demasiado molesta”, expresó.

En la tarjeta informativa que se elaboró en la CEDH, dirigida a Mónica González Pasillas, visitadora general de la comisión, se establece que el hecho violatorio fue “el ejercicio indebido de la función pública y lesiones”, además de que uno de los derechos humanos violentados fue el “derecho a la legalidad y seguridad jurídica”.

“En la Procuraduría le pusieron la playera de los Gallos

Respecto a la fotografía que ha circulado a nivel nacional, donde se aprecia a Miguel Urbina en medio de dos agentes de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) el día de su detención (jueves 12 de enero), Ofelia aseguró que “le pusieron la playera de los Gallos en la Procuraduría, él no llevaba esa playera cuando salió de aquí y encima le dijeron: te pones esta playera para que te sientas más gallito”.

“Son unos desgraciados, la justicia debe trabajar con honestidad, no con engaños, por qué presentan a mi hijo que es inocente; cómo mi hijo va a matar a un cristiano y a herir dos más, que no frieguen”, consideró.

Finalmente mencionó que el pueblo de El Colorado aboga por la inocencia de Miguel y ha recibido muestras de apoyo para que se esclarezca el caso. El sábado pasado, se organizó una quermés donde familiares, amigos y demás personas que los apoyan, mostraron pancartas para exigir justicia a las autoridades.

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