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jueves, 20 de diciembre de 2012

Toros: Patrimonio cultural intangible de Queretaro

El pasado 15 de diciembre, los integrantes de la LVII Legislatura local, aprobaron declarar a la tauromaquia Patrimonio Cultural Inmaterial de Querétaro. La propuesta, que fue impulsada desde hace unos meses por el diputado Marco Antonio León Hernández, coordinador de la fracción legislativa de Movimiento Ciudadano, se hizo bajo el reclamo de numerosos sectores de la sociedad, que reclamaron el cómo, por intereses ajenos a la voluntad ciudadana, los legisladores locales aprueban iniciativas sin consultar a sus representados, que con su voto los llevaron al congreso queretano. Los argumentos para defender esta iniciativa del diputado León Hernández son que la fiesta de los toros genera una derrama económica de más de 650 millones de pesos anuales en el estado, además de la creación de empleos directos e indirectos que promueven la reactivación económica y remató: "Si tomamos en cuenta que las corridas en ambas plazas son generalmente los días viernes y sábados, más el consumo al interior y afuera de ambas plazas de toros, más la estancia por al menos una noche de los taurinófilos (sic) que vienen de otros estados y otros conceptos, la derrama económica anual asciende a 657 millones de pesos". 


¿CULTURA O NEGOCIO? Con sus argumentos, el ahora diputado naranja (pues ya ha estado en otros) deja ver con claridad que en la legislatura existe una seria confusión de conceptos. A su entender, la cultura se relaciona directamente con la derrama económica y la creación de empleos independientemente de la aportación que el espectáculo de la tauromaquia deja en la sociedad. Bajo esta lógica, bien se podría preguntar al diputado León Hernández: ¿Por qué no declarar a los Gallos Blancos del Querétaro como Patrimonio Cultural Inmaterial del estado? Generan más ingresos por entrada, consumos de alimentos, bebidas, suvenires entre otros y muchos más empleos directos e indirectos que la llamada “fiesta brava”. 

¿QUÉ ES LA CULTURA? En su definición más elemental, la cultura es el conjunto de símbolos, es decir, valores, normas, actitudes, creencias, idiomas, costumbres, ritos, hábitos, capacidades, educación, moral, arte, entre otros; que junto con objetos como la vestimenta, vivienda y demás productos, son aprendidos, compartidos y transmitidos de una generación a otra en una sociedad. El elemento que da etiqueta de cultural a lo realizado por el hombre es sin duda, la trascendencia, pues es lo que la hace generacionalmente transmisible. Por ejemplo, el comer como mero acto de alimentación no es cultura, pero el de hacerlo sentado a la mesa, el uso de cubiertos y la gastronomía sí lo son. En este sentido, la cultura no tiene que ser necesariamente un negocio. 

LA TAUROMAQUIA VS LA EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO Ahora bien, a pesar de que la tauromaquia es considerada como parte de la cultura mexicana, hay que entender que la sociedad, por su constante evolución, se da a la tarea de desechar aquellos aspectos de la cultura que ya no le resultan convenientes o que ya no generan algo significativo o trascendente a los individuos; las formas de pensamiento van evolucionando hacia estadios mucho más racionales. El caso de la tauromaquia, es uno de ellos. La conciencia hacia al maltrato animal, los estudios psicológicos que demuestran patologías en las personas que son expuestas a la sangre y muerte de una corrida de toros, entre otras cosas, ha despertado la conciencia social en muchas partes del mundo. España, que es la cuna de la tauromaquia ha puesto el ejemplo en lugares como Cataluña; en países como Perú, Panamá y Colombia han seguido el ejemplo español y han puesto restricciones a la tauromaquia, esto, independientemente de las derramas económicas o la generación de empleos directos o indirectos que pudieran generar. El reclamo hacia la iniciativa de declarar a la tauromaquia Patrimonio Cultural Inmaterial de Querétaro va precisamente en ese sentido. Para muchos ciudadanos, la evolución del pensamiento debe verse reflejado también en la política y sobre todo, en la exigencia de que los diputados recuerden que son servidores públicos y representantes populares, que su obligación es llevar al pleno las iniciativas previamente consultadas a sus representados, por lo que habría que preguntar: ¿A quién le pidieron su opinión para impulsar esta iniciativa? ¿A quién beneficia realmente que la tauromaquia sea Patrimonio Cultural Inmaterial de Querétaro? ¿No existen acaso otras expresiones culturales que bien podrían merecer esa etiqueta?

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