Saná. Tanques del ejército rodeaban en la mañana de este lunes el palacio presidencial de Saná, la capital de Yemen, donde un general, decenas de oficiales y el gobernador de Adén -la segunda ciudad del país- se unieron a la revuelta contra el régimen del presidente Alí Abdalá Saleh.
Los tanques tomaron posiciones en lugares estratégicos de la capital, incluidos el palacio presidencial, el banco central y el ministerio de Defensa, pero se ignora aún a quién obedecían estas fuerzas militares.
Al mismo tiempo, personas se congregaban en el centro de la capital, desafiando una prohibición de manifestarse, para exigir la salida del presidente Saleh, cada vez más aislado en su propio país.
La ola de abandonos fue imparable este lunes: uno de los principales oficiales de las Fuerzas Armadas del país, el general Alí Mohsen al Ahmar, indicó a la prensa que se unía a las protestas contra el régimen.
"Anunciamos que apoyamos y protegemos a los jóvenes que protestan en la Plaza de la Universidad en Saná", dijo el general Al Ahmar, comandante de la primera división blindada.
"La crisis es cada vez más complicada y está conduciendo al país al borde de la guerra civil", añadió, en un comunicado divulgado por la cadena Al Jazeera.
También el jefe tribal más importante de Yemen, jeque Sadek al Ahmar, pidió este lunes la renuncia del presidente Saleh. "Anuncio en nombre de todos los miembros de mi tribu que me uno a la revolución", señaló Ahmar.
El mismo lunes, decenas de oficiales del ejército yemení, de diferentes rangos, se unieron a la protesta contra el régimen, según varios anuncios realizados en un mitin en la universidad de Saná.
También el embajador de Yemen en Arabia Saudita, Mohammad Alí al Ahwal, se sumó este lunes a la protesta.
Además, el gobernador de Adén, la segunda ciudad de Yemen, Ahmad Qaatabi, presentó este lunes su renuncia. "El gobernador dimitió para protestar contra lo que ocurre en el país", afirmó un funcionario de su oficina.
Adén está en la vanguardia de las protestas contra el presidente Saleh, en el poder desde hace 32 años. Varias personas murieron en esta ciudad a manos de las fuerzas de seguridad desde el inicio de las protestas, a fines de enero.
Esta ola de abandonos del régimen se produce un día después de que el jefe de Estado destituyera a su gobierno, tras la dimisión de tres ministros.
La comunidad internacional condenó al régimen de Saleh después de que más de 50 personas perdieran la vida el viernes por disparos de las fuerzas de seguridad contra una manifestación en la plaza de la Universidad, convertida en el centro del movimiento prodemocrático.
Estados Unidos consideró; sin embargo, a Saleh como aliado en la guerra contra Al Qaeda, muy implantada en el sudoeste del país, muy pobre y donde el Estado apenas controla las zonas tribales.
Las fuerzas especiales estadunidenses han entrenado a unidades antiterroristas yemeníes para hacer frente a Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), organización acusada de numerosos atentados contra objetivos de Estados Unidos.
Además, el norte del país está confrontado desde hace años a una rebelión: se trata de rebeldes pertenecientes a la rama zaidita del chiismo, que combaten el poder central de Saná desde 2004.
Estos enfrentamientos ya causaron miles de muertos y más de 250 mil desplazados y generan gran inquietud en la vecina Arabia Saudita, de mayoría sunita, que intervino en agosto de 2009 para apoyar al ejército de Saná.
Miles de personas se manifiestan al sur de Siria
Miles de personas manifestaron este lunes en Deraa, en el sur del país, tras los funerales de Raed Akrad, un manifestante que murió la víspera.
Un residente dijo que "la multitud empezó a marchar desde el cementerio hacia la mezquita Al Omari después del funeral".
"Sólo Dios, Siria y libertad" y "Revolución, revolución", corearon los manifestantes, aseguró un testigo, que también vio a la policía desplegarse en la entrada de la ciudad en el cuarto día de protestas contra el gobierno.
Los tanques tomaron posiciones en lugares estratégicos de la capital, incluidos el palacio presidencial, el banco central y el ministerio de Defensa, pero se ignora aún a quién obedecían estas fuerzas militares.
Al mismo tiempo, personas se congregaban en el centro de la capital, desafiando una prohibición de manifestarse, para exigir la salida del presidente Saleh, cada vez más aislado en su propio país.
La ola de abandonos fue imparable este lunes: uno de los principales oficiales de las Fuerzas Armadas del país, el general Alí Mohsen al Ahmar, indicó a la prensa que se unía a las protestas contra el régimen.
"Anunciamos que apoyamos y protegemos a los jóvenes que protestan en la Plaza de la Universidad en Saná", dijo el general Al Ahmar, comandante de la primera división blindada.
"La crisis es cada vez más complicada y está conduciendo al país al borde de la guerra civil", añadió, en un comunicado divulgado por la cadena Al Jazeera.
También el jefe tribal más importante de Yemen, jeque Sadek al Ahmar, pidió este lunes la renuncia del presidente Saleh. "Anuncio en nombre de todos los miembros de mi tribu que me uno a la revolución", señaló Ahmar.
El mismo lunes, decenas de oficiales del ejército yemení, de diferentes rangos, se unieron a la protesta contra el régimen, según varios anuncios realizados en un mitin en la universidad de Saná.
También el embajador de Yemen en Arabia Saudita, Mohammad Alí al Ahwal, se sumó este lunes a la protesta.
Además, el gobernador de Adén, la segunda ciudad de Yemen, Ahmad Qaatabi, presentó este lunes su renuncia. "El gobernador dimitió para protestar contra lo que ocurre en el país", afirmó un funcionario de su oficina.
Adén está en la vanguardia de las protestas contra el presidente Saleh, en el poder desde hace 32 años. Varias personas murieron en esta ciudad a manos de las fuerzas de seguridad desde el inicio de las protestas, a fines de enero.
Esta ola de abandonos del régimen se produce un día después de que el jefe de Estado destituyera a su gobierno, tras la dimisión de tres ministros.
La comunidad internacional condenó al régimen de Saleh después de que más de 50 personas perdieran la vida el viernes por disparos de las fuerzas de seguridad contra una manifestación en la plaza de la Universidad, convertida en el centro del movimiento prodemocrático.
Estados Unidos consideró; sin embargo, a Saleh como aliado en la guerra contra Al Qaeda, muy implantada en el sudoeste del país, muy pobre y donde el Estado apenas controla las zonas tribales.
Las fuerzas especiales estadunidenses han entrenado a unidades antiterroristas yemeníes para hacer frente a Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), organización acusada de numerosos atentados contra objetivos de Estados Unidos.
Además, el norte del país está confrontado desde hace años a una rebelión: se trata de rebeldes pertenecientes a la rama zaidita del chiismo, que combaten el poder central de Saná desde 2004.
Estos enfrentamientos ya causaron miles de muertos y más de 250 mil desplazados y generan gran inquietud en la vecina Arabia Saudita, de mayoría sunita, que intervino en agosto de 2009 para apoyar al ejército de Saná.
Miles de personas se manifiestan al sur de Siria
Miles de personas manifestaron este lunes en Deraa, en el sur del país, tras los funerales de Raed Akrad, un manifestante que murió la víspera.
Un residente dijo que "la multitud empezó a marchar desde el cementerio hacia la mezquita Al Omari después del funeral".
"Sólo Dios, Siria y libertad" y "Revolución, revolución", corearon los manifestantes, aseguró un testigo, que también vio a la policía desplegarse en la entrada de la ciudad en el cuarto día de protestas contra el gobierno.
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