Una inusual manifestación, en medio de fechas festivas y en sábado por la noche, reunió a colectivos anarquistas a las afueras de la Agencia Especializada para Menores de la Procuraduría General de Justicia del DF. La demanda, la liberación de dos de los tres detenidos que se encuentran en las instalaciones. Los padres de los jóvenes menores de edad rechazaron ofrecer
algún comentario. Sin embargo, se supo Abraham «N» y Fermín «N» recibieron presión psicológica en el momento de rendir su primera declaración, no obstante no se ha corroborado que hayan sufrido tortura física. Tampoco se les permitió la lectura de la declaración mecanografiada, aunque se espera información precisa sobre el proceso.
Carlos Silva Orozco, por su parte, fue trasladado al Reclusorio Oriente de la ciudad tras establecerse que es mayor de edad. Los delitos por los cuales son procesados son daños en propiedad, asociación delictuosa y alteración de la paz pública, luego de ser arrestados tras la quema de siete vehículos en Lomas de Padierna, Tlalpan. Consignas como «Estado terrorista que encarcelas activistas» y «Abajo los muros de las prisiones» y canciones punk dieron la vuelta por la cuadra circundante al sitio a donde fueron llevados los activistas detenidos. Voces a coro que sorprendieron a los últimos familiares que salían de visita. La presencia de patrullas y policías conforme llegaron los activistas creció, sin llegar a confrontación.
Carlos Silva Orozco, por su parte, fue trasladado al Reclusorio Oriente de la ciudad tras establecerse que es mayor de edad. Los delitos por los cuales son procesados son daños en propiedad, asociación delictuosa y alteración de la paz pública, luego de ser arrestados tras la quema de siete vehículos en Lomas de Padierna, Tlalpan. Consignas como «Estado terrorista que encarcelas activistas» y «Abajo los muros de las prisiones» y canciones punk dieron la vuelta por la cuadra circundante al sitio a donde fueron llevados los activistas detenidos. Voces a coro que sorprendieron a los últimos familiares que salían de visita. La presencia de patrullas y policías conforme llegaron los activistas creció, sin llegar a confrontación.
Cacería de brujas contra los anarcos
A partir del eco de la actividad que reivindican grupos anarquistas de corte insurreccional -cuyo repunte máximo fue el mes de septiembre, cuando menos seis activistas han sido detenidos en la Ciudad de México en diferentes hechos y circunstancias. La única constante es su pertenencia al movimiento libertario. De ellos cuatro han sido relacionados con los daños recientes pero uno de los casos cayó por ausencia de pruebas. El primero de ellos fue el estudiante de la UAM Xochimilco Ramsés Villareal, de 27 años, levantado el 30 de septiembre por un comando de la Agencia Federal de Investigación al dirigirse a su escuela. La única prueba presentada fue una fotografía editada, por lo cual fue liberado días después. Villareal denunció haber recibido amenazas junto con su familia, que sus pertenencias fueron robadas y que fue forzado a señalar a otros activistas fotografiados. Siguió Víctor Herrera Govea, el 2 de octubre, junto a tres personas que participaron en la marcha del 2 de octubre, para conmemorar 31 años de la masacre en Tlatelolco, manifestación que fue reprimida por los granaderos del Distrito Federal sin haber habido una confrontación previa. A Víctor le sigue un proceso que prolongará su estancia en prisión y se reanudará, cuando menos, hasta enero. Víctor tiene 21 años de edad y es acusado de saqueo en una tienda Oxxo, pero primero fue golpeado por los policías, liberado y vuelto a capturar, hecho que fue consignado como irregular por los medios.
Más adelante se reabrió un proceso contra Emmanuel Hernández Hernández, quien ya había sido detenido en marzo de 2006 durante las manifestaciones contra el Foro Mundial del Agua. Sigue la causa 67/07 del Juzgado Primero de Distrito de Procesos Penales Federales en el DF, según la documentación del caso en el que se refiere el delito como Portación de objetos aptos para agredir. Actualmente se encuentra en estado de apelación tras recibir una sentencia de cuatro años. Es destacable que en su proceso se equipara una bomba molotov con un arma de uso exclusivo del Ejército. Emmanuel es estudiante, trabajador, padre de familia y a cargo de un hermano menor, pues su madre murió durante su proceso. Ninguno de los casos mencionados tuvo relación o pudo ser comprobada con los sabotajes a comercios y empresas. Los colectivos libertarios, usualmente reservados y con cierta sensación de persecución, ésta vez si temen ser vinculados con la actividad insurreccional (llamados por la prensa «ecoanarquistas»), aún cuando ésta se ha deslindado de los colectivos públicos a quienes llaman «antropocentristas».
A partir del eco de la actividad que reivindican grupos anarquistas de corte insurreccional -cuyo repunte máximo fue el mes de septiembre, cuando menos seis activistas han sido detenidos en la Ciudad de México en diferentes hechos y circunstancias. La única constante es su pertenencia al movimiento libertario. De ellos cuatro han sido relacionados con los daños recientes pero uno de los casos cayó por ausencia de pruebas. El primero de ellos fue el estudiante de la UAM Xochimilco Ramsés Villareal, de 27 años, levantado el 30 de septiembre por un comando de la Agencia Federal de Investigación al dirigirse a su escuela. La única prueba presentada fue una fotografía editada, por lo cual fue liberado días después. Villareal denunció haber recibido amenazas junto con su familia, que sus pertenencias fueron robadas y que fue forzado a señalar a otros activistas fotografiados. Siguió Víctor Herrera Govea, el 2 de octubre, junto a tres personas que participaron en la marcha del 2 de octubre, para conmemorar 31 años de la masacre en Tlatelolco, manifestación que fue reprimida por los granaderos del Distrito Federal sin haber habido una confrontación previa. A Víctor le sigue un proceso que prolongará su estancia en prisión y se reanudará, cuando menos, hasta enero. Víctor tiene 21 años de edad y es acusado de saqueo en una tienda Oxxo, pero primero fue golpeado por los policías, liberado y vuelto a capturar, hecho que fue consignado como irregular por los medios.
Más adelante se reabrió un proceso contra Emmanuel Hernández Hernández, quien ya había sido detenido en marzo de 2006 durante las manifestaciones contra el Foro Mundial del Agua. Sigue la causa 67/07 del Juzgado Primero de Distrito de Procesos Penales Federales en el DF, según la documentación del caso en el que se refiere el delito como Portación de objetos aptos para agredir. Actualmente se encuentra en estado de apelación tras recibir una sentencia de cuatro años. Es destacable que en su proceso se equipara una bomba molotov con un arma de uso exclusivo del Ejército. Emmanuel es estudiante, trabajador, padre de familia y a cargo de un hermano menor, pues su madre murió durante su proceso. Ninguno de los casos mencionados tuvo relación o pudo ser comprobada con los sabotajes a comercios y empresas. Los colectivos libertarios, usualmente reservados y con cierta sensación de persecución, ésta vez si temen ser vinculados con la actividad insurreccional (llamados por la prensa «ecoanarquistas»), aún cuando ésta se ha deslindado de los colectivos públicos a quienes llaman «antropocentristas».
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