La bandidesca y asesina dinastía de los Al Jalifa que ha ensangrentado la tierra bahreiní asesinando a cientos de manifestantes civiles, torturando y violando a miles, encarcelando a otros tantos, destruyendo mezquitas shiíes, ensuciando la calle con mercenarios sauditas que han confirmado que ese reino no es mas que una colonia de la familia Saud se permite el lujo de retirar su embajador de Damasco alegando las medidas de seguridad que toma el gobierno del Baas para liquidar la contrarrevolución en marcha. Las criminales petromonarquías de la Península arábiga son un peligro aún mayor para las masas árabes que la entidad sionista de Israel. La Revolución de liberación nacional en Siria, Libia, Yemen, Egipto y Túnez tiene un evidente componente antifeudal. No habrá independencia, ni unidad ni democracia ni progreso en la Nación árabe hasta que los Saud y sus aliados sean barridos del mapa
Toca cerrar filas en torno a Gadafi y las tribus y los comités populares libios, Al Duri y la Resistencia nacional iraquí, El Assad y el Baas y el Frente Patriótico sirio, la oposición yemenita, los nasseristas, antimperialistas egipcios y la resistencia palestina.
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Toca cerrar filas en torno a Gadafi y las tribus y los comités populares libios, Al Duri y la Resistencia nacional iraquí, El Assad y el Baas y el Frente Patriótico sirio, la oposición yemenita, los nasseristas, antimperialistas egipcios y la resistencia palestina.
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